Existen momentos en la vida en la que una persona debe tomar decisiones, pero estas deben
tener un impacto en el futuro. El ingresar a estudiar en AIU fue una de ellas ya que al comienzo
se presentó una duda con respecto a la enseñanza – aprendizaje, al dictado de los cursos y la
calidad de sus docentes; la mayor sorpresa que encontré cuando empecé mis estudios fue que
las cosas eran diferentes y que se necesita de una buena inversión de tiempo para lograr
entender conceptos relacionados con las materias de estudio.
Parecían que las cosas eran relativamente sencillas, pero con el correr del tiempo y el avance en
los estudios encontré que se necesitaba de bastante esfuerzo para lograr comprender temas
sumamente interesantes. Ingresé con cierta ventaja, me gusta leer, pero en el interior descubrí
que también se necesitaba de tiempo e invertir esfuerzo para lograr el objetivo. No escatimé
esfuerzos y tomé la seria decisión de alcanzar lo que hace bastante tiempo estaba buscando: Un
doctorado donde inviertas tiempo y esfuerzo sin el penoso deber de estar sentado escuchando
clases que muchas veces no tenemos provecho.
Las lecturas fueron abrumadoras pero efectivas; nuevos conocimientos, nuevos modelos,
nuevas técnicas, nuevas metodologías que conjuntamente con la experiencia jugaron un
importantísimo rol en mi aprendizaje. Fascinado discutía las lecturas, que me fueron entregadas,
con mis colegas y en las críticas noté que no existía diferencias a pesar que ellos venían de
estudiar en universidades de reconocido prestigio. La experiencia personal hizo que pudiera
conjugar los conceptos teóricos con los que había aplicado y deducido en la práctica.
Desempolvé aquellos trabajos prácticos que tenía guardados producto de mis treinta años de
experiencia en la construcción de software y los confronté con los nuevos criterios aprendidos
a lo largo de los cursos ofertados y definidos por mi persona en AIU; lo interesante es que pude
aplicar nuevos conceptos aprendidos y redefinir aquellos antiguos con los que había podido
construir estos productos de software. Experiencia maravillosa y gratificante al darme cuenta
que estaba a la par con mis otros colegas.
Hoy en día, producto de la experiencia adquirida en AIU, he podido uniformizar y discutir
criterios de construcción que en su momento no me atrevía a darlos a conocer; gracias a ello he
podido escribir un artículo que fue publicado en Scopus, fui elegido Director de la Oficina
Universitaria de Informática y Sistemas y posteriormente Director de la Escuela Profesional de
Ingeniería de Sistemas de la Universidad Nacional de San Agustín, cargo que cumplo en la
actualidad.
Uno de los principales valores que aprendí de mis padres y de mis profesores fue el
agradecimiento y desde aquí quiero agradecer profundamente a la AIU por haberme dado la
oportunidad de aprender nuevos elementos de juicio y poder, de esta manera, lograr uno de
mis principales objetivos de vida: Ser Doctor en Ingeniería de Software.
Atentamente,
M.Sc. Percy Oscar Huertas Niquén