Estimados Amigos de AIU:
Les saludo cordialmente deseándoles lo mejor en todas sus labores académicas que realizan para bien de tantas personas en todo el mundo.
Es maravilloso llegar a este momento de mi proceso de formación académica en AIU. Es más no lo puedo ni creer. Hace dos años y unos meses me animé a vivir esta experiencia andragógica y en la modalidad “a distancia”. Soy sacerdote católico Misionero del Sagrado Corazón y desde el año 1998 que me había graduado de Máster en Teología pues había estado siempre tratando de mantenerme al día en la formación, sobre todo en lo que tiene que ver con acompañamiento terapéutico a personas y grupos. Desarrollé mi misión en Nicaragua, viví un semestre de estudios en Bolivia y luego inicié una nueva misión como encargado de la formación de los jóvenes misioneros aquí en Guatemala. Durante los primeros años de esta nueva misión (de 2005 a 2007) tenía la intención de retomar mi formación de manera más sistemática. Estuve buscando y buscando formas nuevas y accesibles para poder hacer un posgrado en el área teológica o en el área psicológica.
Dada la realidad de mi país Guatemala, no había muchas opciones de Maestrías o Doctorados a distancia y yo realmente no podía hacerlo de manera presencial. Entre tantas búsquedas y averiguaciones, un día me encontré con la opción de AIU, vinieron a mí muchas ilusiones y dudas. Iniciar es el primer paso difícil. Lo pensé mucho, lo consulté con quienes tienen la animación de mi institución misionera, planificando mis situación financiera y luego me lancé a la aventura de estudiar en AIU con su metodología y modalidad a distancia. Elegí el Doctorado en Psicoterapia y no me arrepiento de haberlo elegido. Esto fue más o menos en el mes de julio de 2008.
Al principio dudaba si iba a ser capaz, si era verdad lo que aparecía por internet etc. Poco a poco fui iniciando el proceso y la verdad fue una experiencia fascinante. Eso sí, implica mucha disciplina y responsabilidad. Es para mí más difícil y responsable estudiar de esta manera que presencialmente. Logré profundizar y reafirmar mucho de mi experiencia como terapeuta, el hacer parte de tu pensum es algo formidable porque pude profundizar en áreas de mucho interés y utilidad en mi vida y en mi trabajo.
Con el tiempo fui presentando las diferentes materias, investigando, entrevistando, observando etc., leyendo mucho, lo cual es fundamental. Y aquí estoy ahora, en esta cuarta fase final ya de mi proceso formativo en el Doctorado en Psicoterapia de AIU. Por supuesto que muy agradecido y deseoso de compartir mí testimonio con mucha gente que, como yo, tenía la dificultad de asistir presencialmente a la universidad. Me ayudó mucho el ánimo que me dieron mis tutores, Josué Ortiz y Edgar Colon. Sobre todo el Dr. Josué Ortiz me animó mucho a no desmayar y a creer que vale la pena estudiar de esta manera.
Animo, entonces a quienes están iniciando o a quienes quieren iniciar esta aventura maravillosa en AIU. Se puede cosechar logros si vas poniendo granitos pequeños que construyen un gran edificio que es tu vida.
Muchas gracias y ánimo para todos. Que Dios les Bendiga.