Por medio de la presente les cuento mi experiencia vivida en los estudios de Doctorado en Educación en AIU. Pienso que fue una AVENTURA INTELIGENTE. Imaginen a un marinero en el oceano del conocimiento internacional del Atlantico que inició el viaje teniendo el cuenta el pensamiento de Tom Robins: “Sin no manejamos el timón de nuestro propio barco, no debería extrañarnos que atracaramos en un puerto inapropiado”. El contexto era el mar inmenso de la educación y el marinero era yo quien llevaba el timón del barco, porque este viaje era andragógico. En estas circunstancias me pregunté: ¿Cuál es el destino?, ¿Qué sentido tiene este viaje?, ¿Cuál es el camino? y ¿Cuáles son los recursos?.
Pensar en el destino fué una condición fundamental para iniciar este viaje: Ser Doctor en Educación. Seleccioné este punto de llegada porque me ofrece unas posibilidades para mi ser y quehacer, entonces me di cuenta que debía darle vida a este viaje. Entendí que yo era quien le daba sentido y le ponía el ritmo orquestado por una melodía que en principio se interpretaba desde fuera, pero que muy pronto se interpretaría desde adentro. Esa orquesta fueron ustedes AIU, especialmente el Doctor Valcin y quienes me dirigieron como asesores, tutores y otros.
Armé viaje y esto me exigía estar al frente del timón, teniendo en cuenta que el camino tenía cuatro fases y cada fase tenía unos retos que eran mi responsabilidad. Les cuento que en el viaje disfruté de días soleados y hermosos, y de tempestades que amenzaron con hundir el barco, pero ahora esto es experiencia de la aventura inteligente porque ya llegué al puerto. Al llegar a la tercera fase tuve un gran pare autoreflexivo que fue la tesis final de grado. El resultado fue satisfactorio y pleno cuando recibí la valoración del estudio realizado.
Los recursos que encontré fueron efectivos y me permitieron avanzar dando lo mejor de mí mismo. Así por el Atlántico o por el Pacífico…no importa por cual mar, la invitación es a ser el timonel de su propio aprendizaje orientado por la andragogía. Entonces comprendo ahora el pensamiento de Dewey: “Aprender, no es saber lo que otros han dicho, hecho o escrito, aprender es emplear la información disponible y los procesos que otros utilizaron para descubrir, crear, innovar y hacer lo que los demás no han hecho” y lo que piensa Papert: “Enseñar no es explicar, porque “quien explica algo a alguien le niega la posibilidad de descubrirlo y comprenderlo”. En conclusión, este viaje fue un aprendizaje andragógico, consistente y reflexivo.