Luego de terminar mis estudios doctorales en la AIU, puedo señalar que esta institución educativa rompe con los paradigmas tradicionales de la educación. Mis grados de licenciatura y maestría los realice bajo estrictos currículos académicos, donde, tuve que cursar clases impuestas que no necesariamente aportaban en mi futuro y crecimiento profesional. O sea, mi base educativa fue enfocada en escuchar y asistir a cursos dirigidos por personas que ofrecían su punto de vista sobre lo que yo tenía que aprender para luego ser evaluados por ellos, y así evidenciar que había obtenido el esperado “conocimiento”.
Al pasar varios años (16) de contar con mi grado de maestría, comencé a evaluar las alternativas académicas en el mercado educativo para alcanzar el grado doctoral. Como a la mayoría de las personas con familia, trabajo, y las innumerables actividades que esto conlleva, el factor tiempo era el gran obstáculo para comenzar a estudiar de nuevo. Así que llevé a cabo una serie de investigaciones con diferentes instituciones educativas en la modalidad de educación a distancia. Luego de un año de evaluaciones entendí que la oferta de la AIU era la que más se adaptaba a mí, basado en mis proyecciones académicas y profesionales, y en octubre de 2006 comienzo mis estudios doctorales.
El sistema educativo andragógico, permite que usted sugiera y desarrolle su propio currículo de clases, junto a la convalidación de su experiencia laboral profesional en créditos académicos son parte de las ventajas que permite el estudiar en la AIU. Son muchos los beneficios que tiene el confeccionar tu propia secuencia de cursos, pero mencionaré los dos que a mi parecer son los más importantes. Primero, usted va estar estudiando materias que están directamente relacionadas con su desarrollo profesional, así que no va tomar clases que no le interesen, y segundo, como va estar en clases propuestas por usted, su nivel de motivación y entusiasmo va estar alto y por consiguiente su desarrollo académico será más actualizado, enfocado y acelerado.
Quiero darles las gracias a todos los departamentos institucionales que intervinieron en mis estudios. Siempre fui atendido con respeto, seriedad, y sobre todo con gran humanismo. En especial quiero mencionar la sabia asesoría de mi consejero académico Dr. Franklin Valcín, que con sus consejos y guía pude recorrer el camino, dando siempre lo mejor de mí. Así que, finalmente, exhorto a cualquier persona que tenga el deseo de superarse profesionalmente, sepa que existe una universidad diferente, en donde, sin temor a equivocarme el estudiante es el centro de atención.
Muchas Gracias AIU.
Josué E. Ortiz Cintrón, PhD Health Science