Desde siempre he tenido el sueño de entregar mi vida a la
docencia, sobre todo, en los niveles universitarios. Después de tocar aquende y
allende las puertas para materializar este proyecto por fin lo he conseguido
con AIU, donde no sólo he conseguido un título sino que y, sobre todo, me he
impregnado de una otra dimensión de la
vida cual es tener constantemente la
mirada en la ventana del mundo y
descubrir que otras personas comparten el mismo sueño y que están dispuestas en
aportarte la ayuda que necesita uno, aquello no hace sino llenarme de alegría.
Creo sin riesgo a equivocación que mi paso por AIU ha marcado una etapa importantísima en mi
vida profesional y humana ya que me ha permitido adquirir las habilidades de
investigación y el hábito de hacer reflexiones personales sobre temas
económicos y financieros de mi país a partir de las experiencias vividas. Amen
de constituir una plataforma donde he gozado de un gran margen de libertad para
orientar mis investigaciones en temas que a mí me preocupan y que me gustan, en
aras a aportar mi contribución en el vasto programa del gobierno de mi país
cara a la emergencia hacia el año 2020.
La verdad es que no puedo pasar de largo la gran sorpresa
que tuve al inicio del programa cuando me
pidieron elaborar mi propio plan curricular, aquello me recordaba la
Escuela Summerhill de Alexander Neill, donde a pocos años de su existencia
perdió más de la mitad de su efectivo, por que los padres y tutores acusaban al
fundador de la excesiva libertad o libertinaje que gozaban los alumnos. Por tanto, nosotros que hemos
sido domados en ambientes de mentalidades ancladas al figismo exacerbado donde
todo cambio y/o novedad suponen miedo e incertidumbre. Por tanto en AIU, he
descubierto otra metodología de enseñanza original que invita a la voluntad y creatividad
y no simplemente al gregarismo de las vacas y cabras, que están siempre detrás de
otros, incapaces de ser arquitectos de sus propios destinos.
Una vez más animo a todos los que desean seguir
cultivando su espíritu a que se fíen a esta gran universidad y no se
arrepentirán nunca de haberlo iniciado.
Saludos
cordiales.
Gregorio
ONDO BIYANG.