Para todas las personas que en AIU hacen realidad el sueño de decenas de miles de jóvenes y padres de familia de todos los rincones del mundo.
Ilmo. Señoras y Señores:
Aunque esta carta es parte de los requisitos necesarios para completar los procedimientos de graduación, de hecho, es parte de una reflexión que hemos estado haciendo sobre la relación de dos años con la AIU, donde nos encontramos con la nobleza de su visión y misión encarnada en ofrecer la oportunidad a todos aquellos que, por diversas razones, no puede estar presente, literalmente, en un salón de clases. Yo soy una de esas personas, que debido a la naturaleza de mis ocupaciones y responsabilidades era, para mi, impensable inscribirme en un programa de doctorado presencial.
En AIU encontré lo que he buscado durante mucho tiempo: estudiar sin salir de casa y de Angola y sin poner en peligro mi trabajo, mi posición social y, aún más importante, sin dejar a mi familia.
En AIU he mejorado algunos aspectos que no se habían trabajado lo suficiente durante mi formación anterior, que fue, a diferencia de este, muy exigente más en términos de evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje que en la gestión del tiempo.
En AIU el tiempo es considerado como una variable clave, la fórmula o “la marca del éxito”; se mide el tiempo de inicio del programa hasta su finalización, lo que requiere la rigurosa organización y disciplina de los estudiantes en su gestión.
Esto, a veces no debidamente apreciado por los estudiantes, fue crucial para mi éxito en AIU.
Me hizo más organizado en la gestión y coordinación de mis obligaciones profesionales, familiares, estudiantiles y con los compromisos amistosos sin estrés, mediante el establecimiento de un tiempo apropiado para cada uno.
Es innegable que, la verdad sea dicha, al principio era muy difícil y pensamos que la AIU era muy exigente en la “colección” de las tareas. Fue un momento de gran indecisión, ante el dilema de continuar o abandonar el programa. Pero más temprano que tarde, me di cuenta de que yo no estaba disciplinado en la gestión del tiempo.
Estoy agradecido de haber conocido a la AIU y su modelo de enseñanza, a través del cual se ofrece la oportunidad de compartir, aprender, vivir y socializar, aprender y enseñar a cada uno y a todos.
Espero mantener esa relación con AIU para siempre, desarrollando cursos de formación profesional u otras actividades que contribuyen al crecimiento de esta institución.
Estamos juntos en esta noble misión.
Atentamente,
A. I. R. Santana