A medida que las personas comienzan a emerger de la devastación de COVID-19, todos se hacen la misma pregunta: ¿Cómo debería ser la educación en un mundo pospandémico?

La verdad es que muchos aspectos del sistema educativo, desde dónde y cómo aprendemos hasta qué estudiamos, deben transformarse si queremos un sistema educativo que sea relevante para nuestro mundo actual.

Aquí, hay cuatro áreas importantes en las que nuestro sistema educativo debe cambiar:

Los estudiantes esperan tener la capacidad de aprender desde cualquier lugar. Este es probablemente uno de los cambios más obvios provocados por los acontecimientos recientes: los estudiantes ahora esperan poder continuar sus estudios desde cualquier lugar. Esta versatilidad es vital para aquellos estudiantes que no pueden asistir físicamente a clases debido a problemas de salud y seguridad o porque viven en lugares remotos.

La movilidad de los estudiantes también es un factor esencial aquí. Los estudiantes quieren la oportunidad de estudiar en el extranjero, pero no necesariamente quieren o necesitan mudarse al extranjero de forma permanente. Las opciones de aprendizaje remoto facilitan que los estudiantes se muevan mientras estudian sin interrumpir su progreso académico.

Los estudiantes esperan un aprendizaje activo en lugar de conferencias. Los estudiantes buscan diferentes experiencias de aprendizaje, como un aprendizaje más activo y práctico en lugar de conferencias tradicionales.

Nuestro mundo cambia constantemente y las habilidades enseñadas deben cambiar con él. Para crear un mundo más equitativo, justo y sostenible, debemos mejorar la enseñanza de las ciencias y la ingeniería. La educación científica tiene el poder de transformar vidas, mejorar la salud y los medios de subsistencia, aumentar la riqueza e impulsar el crecimiento económico. También puede ayudar a cerrar la brecha de género en los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas).

Si queremos mejorar el mundo de la Ciencia y la Ingeniería, debemos encontrar formas de apoyar a las personas que han sido excluidas de estos campos en el pasado. Debemos hacer esto brindando igualdad de oportunidades para todos, independientemente de su raza o identidad de género. Este cambio significa crear espacios donde las personas puedan involucrarse con la ciencia sin sentirse extraños o impostores. También necesitamos más mujeres líderes que sirvan como modelos a seguir para las jóvenes interesadas en seguir carreras relacionadas con las materias STEM.

Evaluaciones formativas, en lugar de exámenes de alto riesgo. Las evaluaciones formativas mejoran el aprendizaje y los logros de los estudiantes en una amplia variedad de materias. En particular, la evaluación formativa puede ayudar a los estudiantes a monitorear su aprendizaje y conectarse con maestros y compañeros para desarrollar habilidades de autorregulación.

La evaluación formativa es un proceso continuo de ayudar a los estudiantes a aprender brindándoles retroalimentación e información oportuna. Permite a los estudiantes desarrollar las habilidades que necesitan para tener éxito en la universidad, la carrera y la vida. Las evaluaciones formativas son más evaluaciones de forma libre que brindan a los maestros información sobre cómo los estudiantes aprenden el material a medida que avanzan.