En los tiempos actuales de un siglo 21 que día a día rompe paradigmas de los siglos 19 y 20, donde en materia educativa, el estudiante se ha visto como un receptáculo de la información que el docente ha conquistado y domina, se hace muy meritorio concederle un lugar de predilección a la andragogía.
Es por esto que al realizar mis estudios de posgrado al nivel de maestría, he podido consolidar dos aspectos importantes en materia profesional. Por un lado, ratifico que la educación virtual, en un tiempo atrás llamada a distancia, incluso semi-presencial, es una alternativa que fuera de permitirle el acceso de la educación de manera democrática, potencia las capacidades del ser humano de una manera integral, tanto en lo profesional como en lo personal.
Por el otro lado, es satisfactorio poder tener un sueño de capacitación profesional y ser uno el mismo artífice de esa construcción. El hecho de partir de las cualidades que hasta el momento se han desarrollado, valorando toda la experiencia vivida, cosa que ninguna universidad colombiana tiene en cuenta a la hora de uno realizar estudios de posgrado, ya que a todos nos califican con un mismo estilo, es un motivo para uno continuar realizando su profesión. A esto sumamos la gran emoción ( y el temor que genera) que se vive cuando uno mismo debe perfilar las materias que considere debe estudiar para poder construir ese perfil de profesional. Esto es sumamente importante, es como si uno siendo arquitecto de sí mismo, fuera a la vez el ingeniero que calcula cuanto tiempo, cuanto esfuerzo, que tipo de decorado le va a dar a su construcción. Es sumamente importante entender esto, porque es escapar a un estilo formativo donde el docente ha sido el que te da las pautas para que tú camines. Con esta experiencia en AIU, es uno mismo el que decide como caminar, cuanto recorrer y a qué velocidad hacerlo.
Cuando uno determina esto de decidir que materias cursar, de manera inmediata lo ubica en las alternativas que puede encontrar para lograr ese perfil. Se desarrolla una capacidad investigativa bastante aguda, uno tiene que buscar que textos estudiar, quienes más han hablado de lo que uno pretende hablar, y no se limita a realizar la tarea obligatoria que determina el maestro-sabelotodo, para uno solo cumplir y ganar una nota. Esta ruptura es crucial, se rompe el paradigma de la educación manipulada, para tornarnos en seres autónomos, que sabemos que queremos, que tenemos, y que nos hace falta para llegar a esa meta.
La experiencia de estudiar de manera virtual, en este caso con AIU es un reto que afina y agudiza la capacidad de estudio, la disciplina, la capacidad de investigación, la capacidad de planear, ejecutar y evaluar. Es interesante incluso, haber conocido textos en la fase II que me llevaron a repensarme en torno al mundo cuántico, al mundo akásico, a un mundo híper conectado de manera oculta, textos que rompen con la cotidiana idea de que todo lo que existe es verdad porque lo dicta la ciencia. La experiencia con AIU permite hacerse uno mismo profesional de la andragogía para ser mejor profesional de la pedagogía, sin que otros te marquen pautas lineales.