Era el año 2010 y ya cansada de intentar conseguir que la universidad nacional de Córdoba dicte un programa de Doctorado para los profesionales egresados de esa casa que no hacemos carrera docente y viendo que todo lo que aquí se dicta es para gente que vive de la universidad y no para quienes nos hemos recibido y queremos seguir formándonos, que trabajamos por cuenta propia y que disponemos del dinero necesario para poder costearnos nuestros estudios, y que no tenemos posibilidad de continuar en dicha casa , fue que me dispuse a emprender la búsqueda de un espacio donde pudiera cursar mi maestría y doctorado a distancia para así poder seguir estudiando, como ya dije, poder sistematizar mi práctica profesional que he venido realizando por más de 22 años en aquel momento. Fue así que un día de búsqueda aparece que hay posibilidad de presentar la documentación y empezar en la AIU. Para mí era todo un desafío con 45 años en ese momento y poca experiencia en lo virtual era un enorme desafío que temía no poder alcanzar, pero con la ayuda de varios de mis pacientes, doctores en distintas disciplinas que me ayudaron a pensar cómo encarar este proyecto me largue a recorrer este apasionante camino. Hoy miro para atrás y ya habiendo logrados la primera etapa de la maestría que creí nunca llegaría y la segunda etapa del doctorado, con pensamientos tales como que no podía mas, que me daría por vencida, que no podía, que fracasaría, que esto era muy grande para mí; ver que con el apoyo total de los tutores, sin los cuales esto no hubiese sido posible, donde día a día avanzaba un pasito, y uno más y así como atravesando el muro de los maratonistas y con mis últimas energías intelectuales LLEGUE A LA META, no lo podía creer, aún hoy no lo puedo creer, en medio de un proceso hiperinflacionario, con muchas ganas y voluntad de trabajar 10 hs por día , fui sumando fuerza y dedicación; mi familia fue mi pilar fundamental, su orgullo de ver que día a día subía trabajos que hacia fuera del horario de sueño y de familia y que mis notas eran buenas, y que el esfuerzo de todos: económico, emocional y de tiempo valía la pena, me empujó también a la meta, mi correctora de trabajos que me discutía cada artículo que hacía por complejo, poco claro e inusual en cuanto a formatos me ayudo a ver MI MANERA DE TRABAJAR INTELECTUALMENTE, que es lo mejor que tiene este formato de estudio, el sistema Andragogico, “donde cada uno pone lo que sabe del modo en que lo hace” y eso no tiene precio. En fin son tantas historia y vivencias, que en una hoja no entran, fue, es una experiencia maravillosa que le recomiendo a todos las personas que por diversas razones no pueden estudiar en sus casa de origen, pero que por este medio si pueden hacer lo que necesiten para ser la persona que desean ser. UN SUEÑO HECHO REALIDAD. GRACIAS AIU. POR SIEMPRE.