¡Saludos cordiales!
Hace algunos años, específicamente desde el 2009, comencé un nuevo reto en mi vida profesional. Derterminada a completar un grado doctoral, me matriculé en Atlantic International University. Me pareció accesible para mi estilo de vida movido y con múltiples tareas diarias, pues podría estudiar completamente a distancia, en mi tiempo y según mis intereses. De hecho, una de las cosas que más llamó mi atención fue la posibilidad de participar en el diseño del currículo de estudios y hacerlo de esta manera, personalizado. En un principio me pareció que lo podría hacer en dos años o menos. ¡Sueños! Pero según pasó el tiempo, se presentaron situaciones que me llevaron a detener mis estudios temporalmente.
Recuerdo con mucho agradecimiento, los acercamientos del personal de AIU para ver de qué manera podían ayudarme a ajustar mi situación y seguir mis estudios. No fue fácil. De esa manera tuve que extender inevitablemente el tiempo para graduarme. Sin embargo, el personal de AIU no me soltó. Me brindaron siempre toda la ayuda que jamás pensé recibir. Acuerdos, arreglos especiales y modificaciones a mi currículo, fueron algunas de las estrategias que me ayudaron a seguir más adelante.
En términos académicos, siempre estuve al tanto de mi progreso y recibí de forma puntual y diligente la retroalimentación necesaria para mejorar mi desempeño, así como las felicitaciones por aquello que hacía bien.
Hoy, ya estando en el año 2017, al fin culmino mi meta. Mucho tiempo ha pasado. Pero puedo decir que es de grata satisfacción haberlo logrado y haber contado de manera incondicional con AIU. Sumamente agradecida y llena de emoción, redacto esta carta de mi experiencia en AIU, esperando que sea de motivación a otros estudiantes que, al igual que yo, quiere crecer personal y profesionalmente.
Sin más, agradezco profundamente a AIU por guiarme y apoyarme. A todos aquellos que siguieron mis pasos académicos, siempre con una palabra de aliento y haciéndome sentir en familia, reciban un fuerte abrazo.
Agradecida,
Ana Lydia Fontanez Davila